Ricardo Gutierrez Children Foundation comenzó este año un plan de expansión, trabajando en conjunto con la Cooperadora del Hospital pediátrico porteño que es referencia en América Latina. 2500 chicos de toda la Argentina se atienden, cada día, en la institución que el año que viene cumple 150 años.
«Lo que pasa es que, desde acá, cuando uno recibe publicidad de diferentes organizaciones argentinas sin fines de lucro, donás a lo que más conmueve. Entonces ves un chico de Salta, descalzo, que no tiene para comer, y le ponés plata a esa institución».
Esta reflexión, off the record, pertenece a una de las tantas mujeres argentinas cuya sensibilidad le impide ser indiferente a los problemas de nuestro país. En conversación MIA, el análisis citado venía a cuento del desafío que el Hospital de Niños de la Ciudad de Buenos Aires tiene por delante a la hora de recaudar fondos aquí, en Estados Unidos.
«Key Biscayne -agregó ella, emprendedora del rubro gastronómico,- está lleno de non-profits que trabajan recaudando fondos para ayudar en diferentes provincias argentinas, haciendo distintas cosas: comprando alimentos, ropa, e incluso construyendo viviendas». En este sentido, lo que nuestra interlocutora ponía sobre la mesa es que, en ocasiones, cuando el donante se ve en la situación de tener que elegir a quién dona, si la decisión es consecuencia de haberse conmovido, entonces el Hospital de Niños, en tanto institución, corre con desventaja porque «está en Buenos Aires, y recibe fondos del Estado».
Ahora bien. Este año la Fundación (Ricardo Gutierrez Children Foundation) que desde Estados Unidos colabora con el Hospital de Niños trabajando junto con la Cooperadora se propone expandir su área de influencia a todo Estados Unidos, y MIA es parte de la iniciativa. ¿Por qué? Un poco de contexto aclara el panorama.
Ayuda, impacto y magnitudes
A pesar de que el Hospital de Niños está ubicado en la Capital Federal, sólo el 30 por ciento de sus pacientes provienen de ese distrito. Este dato, además de ser oficial, no presenta mucho retruco. Para quienes hemos vivido en la Ciudad de Buenos Aires y/o el Gran Buenos Aires, no es nigún secreto que padres y madres de bajos recursos del AMBA hacen enormes sacrificios para llevar a sus chicos a que los atiendan en la Ciudad, por la calidad de los profesionales y la variedad de especialidades que sus hospitales poseen. Lo mismo cabe para familias del interior del país, sólo que, en esos casos, llegan a Buenos Aires cuando la gravedad del problema es mayor -como en este caso, de una nena de Entre Ríos a la que no pudieron curar en Concordia ni en Paraná y la trasladaron al Gutiérrez-.
Así pues, 2500 chicos por día se atienden en el Hospital de Niños que, actualmente, ofrece 50 especialidades médicas, incluyendo las denominadas «enfermedades raras» que muy pocas instituciones abordan.
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2500 pacientes por día
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50 especialidades
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300 camas de internación
Desde luego que, más en este ámbito que en ningún otro, las comparaciones no conducen a nada. En otras palabras, los tristemente conocidos problemas argentinos de desigualdad, asimetrías y pobreza hacen que no tenga sentido comparar angustias o calamidades: el chico salteño descalzo sobre la calle de tierra, sin agua corriente, que describe nuestra lectora necesita ayuda, tanto como la necesitan los que llegan a la puerta del Hospital.
La clave es comprender que, para seguir ilustrando con el mismo ejemplo, es muy probable que, si ese chico salteño sufre alguna vez una enfermedad que se complica, terminará siendo atendido en el Hospital de Niños. Ayudar al Hospital es, finalmente, aportar para sostener la salud pública de todo el país, a través de la Cooperadora, que garantiza que la ayuda llegue.
En las redes sociales de Ricardo Gutierrez Children Foundation (RGCF) tanto como las de la Cooperadora del Hospital, hay ejemplos de sobra. Algunas historias, incluso, son tan impactantes que llegan a los medios masivos de comunicación. «Le salvaron la vida en el Gutiérrez» es una frase que se repite en periódicos de todo el país, como Los Andes, donde narran la historia de un chico de Río Gallegos que superó un cáncer gracias a la extraordinaria tarea que realizan los médicos del Hospital.
En resumen, los pacientes son tantos y las urgencias son tan desafiantes, que el Hospital de Niños siempre necesita de nosotros. Por eso desde MIA ofrecemos toda la ayuda posible. Conocemos la realidad del país y la del Hospital, y también el impacto que tiene dar una mano a una entidad de semejante envergadura.
La Cooperadora realiza un trabajo encomiable, dentro del cual se encuentra recibir requerimientos de los servicios y compartir esa información con la RGCF sabiendo que la comunidad argentina en Estados Unidos puede ayudar mucho. En su landing page brindan la información necesaria y los vínculos para donación. Es posible aportar un granito de arena con $10 mensuales, lo que equivale a un café con leche en Miami.